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Estimado/a hermano/a en Cristo:

Todos los años por esta época, se recibe en las casas el boletín de la Hermandad, donde se hace un balance anual, se publican fotos preciosas, artículos interesantes e incluso se anuncian las actividades venideras. Esta publicación se realiza siempre gracias a la colaboración de distintas empresas del pueblo, por lo que en esta ocasión hemos decidido no editarla. Creemos que no es el momento más apropiado para pedir esa ayuda, pero no por eso, queremos dejar de dirigirnos a todos vosotros.
2020 se antojaba un año bonito: cifras redondas, capicúa, nueva década…pero nada fue como pensábamos. Todo cambió en el mes de marzo. Conocimos una situación que nunca pensábamos que íbamos a vivir, algo invisible llegaba al mundo para hacernos sufrir. 2020 se recordará por el año del distanciamiento, de la soledad, de despedidas sin decir adiós, de la falta de abrazos y besos, del encierro, de calles sin niños, de abuelos sin visitas, de incertidumbre, de un mundo paralizado, de necesidades, de miedo, de cansancio…y a la vez de esperanza, esa que nunca nos puede faltar.
La Cuaresma se presentó muy atípica. Pudimos celebrar el Septenario a nuestra Madre, pero seguidamente las puertas se cerraron y esos días que estamos acostumbrados a vivir con nuestra Hermandad, se quedaron en puro recogimiento, celebramos una Cuaresma y Semana Santa íntima. Cada cual vivió en su casa la Pasión, muerte de nuestro Señor Jesucristo, y quedamos la a espera de esa Resurrección en la que tanta fe tenemos depositada.
Y de nuevo llega la semana que todo cristiano y cofrade desea. Ya llevábamos varios días de confinamiento y los cuerpos se iban acostumbrando a esa situación, pero había una sensación rara. Cuando se acercaban los días, la nostalgia aún era mayor. Llegó el Domingo de Resurrección, la fiesta más grande para la Iglesia, y el cuerpo lo sabía: nada iba ser igual a otros años. Una lucha de sentimientos recorría el cuerpo de los zurrasqueños. Desde las casas se rezaba, se cantaba la Salve a la Virgen, se escuchaban marchas, se ponían velas, flores en una cancela solitaria… Gracias a las nuevas tecnologías, los recuerdos de años anteriores hacían que todo fuese más fácil, aunque las lágrimas afloraran en muchos de nosotros. La vida nos estaba poniendo una prueba muy difícil que teníamos y tenemos que superar, porque desgraciadamente este sueño del que nos gustaría despertar no ha llegado todavía a su fin.
Los cultos en la Capilla se han estado celebrando tal y como indican las Reglas y tenemos tradición, pero fue un agosto diferente, de limitaciones, sin convivencias, pero no podíamos faltar de una forma u otra a sus plantas y celebrar estos días grandes. Tampoco faltó el 14 de agosto el homenaje a nuestros hermanos que cumplían sus bodas de oro en el seno de la Hermandad, que constituyen un ejemplo para todos.
Igualmente sucedió con los cultos del Señor de la Paz, que se dedicaron a todos los que han estado y están en primera línea de batalla contra la terrible pandemia que estamos viviendo, a ellos que son tan necesarios y no han dejado de luchar.
Llegó diciembre, mes en el que siempre aparece la luz y la ilusión, los cantes, los abrazos, convivir con amigos y familia, zambomba… pero todo fue muy diferente. Pero no faltó el Belén a escala natural para que el niño Dios volviera a nacer en Gerena, y además tuvimos una visita muy especial que nunca falta en nuestra Capilla en estas fechas, el Cartero Real enviado por Sus Majestades para recoger las cartas de todos los niños y niñas. Por las medidas de seguridad con las que tenemos que vivir, dejó el buzón y pasó a recogerlo en vísperas la festividad de Reyes. Fueron días en que las sonrisas no faltaron, trayéndonos un poquito de luz en este año tan oscuro que estamos viviendo.
Toda la situación que padecemos a nivel mundial, también ha afectado mucho a las Hermandades. Ha sido un año en blanco en muchos aspectos, especialmente en el económico, ya que no se han podido celebrar eventos que proporcionan parte de los ingresos que percibe la Hermandad. Pero no podemos abandonar el mantenimiento de nuestro patrimonio, porque la Capilla es como la casa de cualquiera de nosotros. Hay gastos que no se pueden eliminar, igual que sucede con nuestra bolsa de caridad. Ha sido y será un año de grandes esfuerzos para todos.
2021 no ha empezado como hubiéramos deseado. Una tercera ola ha vuelto hacer mucho daño, pero queremos pensar que este año será el año de la fe y de la esperanza, que empezaremos a ver algo de luz al final del túnel.
El Septenario Doloroso celebrado hace unos ha estado dedicado a todos los fallecidos y enfermos de esta pandemia, que han estado siempre presentes en nuestros rezos. Que el Señor los acoja en sus brazos y dé fortaleza a tantas familias que están sufriendo.
Para esta Cuaresma la Hermandad está preparando algunos actos, entre ellos uno con el que los hermanos llevan soñando muchos años. Será presentado el palio blanco ya terminado durante la semana de Pasión. Es un proyecto realizado gracias al empeño y esfuerzo de casi 500 hermanos, y por supuesto a ese grupo de mujeres, “las mujeres del palio”, que se han volcado en recaudar los fondos necesarios, un reto especialmente difícil en ese año tan complicado., Siempre les estaremos agradecidas, porque sin ellas no hubiese sido posible.
Como estación de penitencia, se celebrará un acto que en nuestra Capilla se hacía a mediados del siglo XX y que ha sido rescatado por nuestro hermano José González García, “Joselito el de la Genera”. Se trata del rezo de las Siete Palabras y posterior meditación y traslado del Señor al Sepulcro. Antiguamente se realizaba este rezo con el descendimiento del Señor. Será un acto con mucha solemnidad y recogimiento que hará que nos traslademos a la tarde del Sábado Santo, aunque el acto se hará el Viernes Santo. Todo ello será retrasmitido por Tele Gerena debido a que el aforo permitido seguirá siendo reducido.
Para terminar con nuestra semana grande, celebraremos la misa de Resurrección ante Ntro. Señor de la Paz en su Resurrección Gloriosa.
Nos gustaría terminar esta comunicación, expresando nuestra esperanza de que el resto del año sea algo diferente y podamos vivir los actos de nuestra Hermandad como lo hemos hecho siempre. Rezaremos a nuestros titulares para que esta agonía sea lo más corta posible y lleguen las vacunas tan esperadas lo antes posible. Desde aquí también queremos informar que la actual Junta de Gobierno termina su andadura al final de este año. Quizás no hayan sido los dos últimos años que hubiéramos deseado, pero el Señor lo ha querido así y así lo aceptamos. Animamos a los hermanos, especialmente a la juventud, que se acerquen a este mundo, que formen candidaturas para las próximas elecciones. Sabemos que se necesita mucha dedicación, pero son muchas las satisfacciones y recompensas que se obtienen. Esta Junta de Gobierno está muy agradecida a sus hermanos y al pueblo de Gerena por la acogida y el apoyo recibido, pero esta Hermandad, esta Capilla tiene que seguir viva y necesita de ti, acércate.

Cuidaos y que la Virgen de la Soledad y su Hijo nos bendiga y proteja a todos.

Cuaresma 2021.

La Hermandad de la Soledad Coronada de Gerena.